Monday, March 28, 2016

Agua - Jeannette Betancourt

Agua
El trabajo que Jeannette Betancourt presenta en esta exposición es el resultado de una profunda investigación y preocupación entorno al agua en sus diferentes formas y las implicaciones sociales, políticas y ambientales que se derivan de su uso. Las obras plantean una diversidad de situaciones en las cuales logramos evidenciar nuestro vínculo fundamental con el agua y las problemáticas que se han generado a partir de la era de la industrialización. Cada obra es elaborada minuciosamente con materiales sumamente particulares que contribuyen en sí mismos, a la construcción conceptual de la obra y su carga ideológica.La exposición concibe el agua como un elemento con una enorme capacidad de transmutación que se debate entre las problemáticas geopolíticas, las explotaciones comerciales, la pobreza, la decadencia, la contaminación, el cambio climático y la propia muerte.



Es un acercamiento interrogativo que no busca emitir juicios, más bien estimular  la reflexión sobre este recurso desde un enfoque distinto: el agua como un flujo interconectado a todas las manifestaciones de la vida. Se trata de no sólo preocuparse por la falta de agua, sino de reflexionar cómo las sociedades contemporáneas se relacionan con ella. En este sentido, el trabajo de Jeannette Betancourt se vuelve fundamental: entrecruza las fronteras conceptuales que se tiene sobre esta problemática, sobre las formas tan diferenciadas que hay de relacionarse con el agua de acuerdo a cada grupo social, según sus condiciones naturales.La muestra apela por las implicaciones del agua en el sistema social actual; invita y exige al espectador a posicionarse de tal manera que cuestione su cotidianidad en torno al recurso primario de la vida, a través de la poética de cada obra.



Natalie Gama Pourdanay



Texto curatorial 

Museo de la Cancillería
Febrero 2016




Friday, November 6, 2015

¿La ciudad sin suelo?

¿La ciudad sin suelo?

José Miguel G. Cortéz en su texto La ciudad cautiva trabaja la idea de cómo las sociedades han sido manejadas desde una estructura de poder a fin de ejercer mecanismos de control y apaciguamiento de violencia. Hoy, dice el autor, nos encontramos en un momento en donde la sociedad misma ha buscado control a través de la instauración de la idea de seguridad relacionada con la protección de los ciudadanos que se ejerce en la arquitectura de los espacios.

En este espacio de vigilancia todo se sabe, todo se ve, lo privado y lo público pierden la línea divisora, todo movimiento se examina por un ojo. La tecnología de la información ha permitido que el saber lo de social a través de la vigilancia sea compartido en todos los polos culturales. Lo oculto se está vislumbrado y la necesidad de buscarlo cae en un mundo que no pide de una fuerza de existir, sino de un mundo que pide sobrevivir. Una sociedad vigilada en donde lo privado ya no tiene misterio contiene hombres que ya encuentran en su mundo objetivos inalcanzables, pues todo se ve y todo se sabe. Las calles, los bares, los jardines, los parques, se empiezan a nublar ellos que no saben a dónde van, que no saben qué buscar. Y ese ojo, sólo ve, porque ver no cuida, ni engendrar, sino que trasgrede, asusta, porque no tiene que ofrecer. Así, en las sociedades contemporáneas están aquellos que no encuentran más que llorar sentados en las fuentes de los centros de las ciudades para sentir. Lloran y sienten pero no saben por qué. La ciudad ya no es cautiva, ya no tiene misterio, ya no invita a crear, a pensar o a vivir. La ciudad vigilada sólo ve lo que triste se levanta y triste cae.

-Natalie Gama Pourdanay

De libertinos, filósofos y artistas


De libertinos, filósofos y artistas



De libertinos, filósofos y artistas
Por: Natalie Gama Pourdanay
En Los libertinos barrocos Michel Onfray [1] hace un rastreo de aquellos pensadores que, durante el siglo XVII francés, se caracterizaron por una actitud de libertinaje. La radicalidad y contraposición al deber-ser de la institución del comportamiento y pensamiento vendría a ejercer unadeconstrucción de mitos y leyendas de la historia oficial a través de un pensamiento relativista y perspectivista que matizan y reivindican una libertad filosófica. El discurso de la Historia se construye a lo largo de los siglos mediante la selección y ordenamiento de ciertos acontecimientos, ideas, textos, obras de arte, que el hombre ha ido manifestando. Los libertinos barrocos, según Onfray, son esos que no fueron “seleccionados” para la constitución de la Historia, ni de la historia del saber del hombre. No sólo hace notar que aquella época, tan gloriosa como se ha cristalizado, no fue del todo así, sino también que existieron hombrescontemporáneos a su época; estos sonlos libertinos barrocos.
Son ellos los contemporáneos de su época aquellos capaces de desfasarse de su tiempo, de ver en las tinieblas luz. Fue Nietzsche, quien a finales del siglo XIX propuso lo contemporáneo como intempestivo. En este sentido, los libertinos barrocos son contemporáneos. Giorgio Agamben en su texto Desnudez[2] hace referencia a cómo Roland Barthes, en el Collège de France a mediados de los años sesenta cita a Nietzsche para decir que aquello contemporáneo es cuando se toma una posición del presente desfasándose de él. Los libertinos barrocos se desfasan de su tiempo y encuentran ver en la obscuridad, activan un modo de compresión de su presente más que los que viven inmersos en la construcción de la Historia. Son contemporáneos en la medida en que pueden ver su tiempo, pertenecer a él, vivir en él en unanacronismo.
Agamben propone definir lo contemporáneo como: “…aquel que sabe ver la obscuridad y es capaz de escribir mojando la pluma en las tinieblas del presente.” Si extrapolamos esta idea de contemporáneo desde Nietzsche, pasando por Barthes hasta Agamben al campo del arte actual, podemos pensar en artistas que podrían considerarse contemporáneos de su tiempo. La contemporaneidad como una visión casi panorámica del tiempo todavía no histórica en el hombre. El anacronismo de la contemporaneidad es lo que permite comprender un tiempo presente, en un demasiado pronto o un demasiado tarde, o en un todavía no. Lo que nos lleva a comprender que el reconocimiento de aquella luz en las tinieblas, es intempestiva, está relacionada con la duración del origen según Agamben.
Por eso Bernini y Caravaggio son contemporáneos, no uno del otro, sino de hoy. La contemporaneidad está marcada por el origen en el presente, Caravaggio en la pintura y Bernini en la escultura, porque el origen es contemporáneo al devenir histórico; las formas más arcaicas perecen ejercer sobre el presente, porque su obra es intempestiva, está el origen hasta su presente y en este presente está marcada la contemporaneidad del hombre. En la obra de estos dos artistas está el anacronismo de los gestos y expresiones. En términos de Agamben, no retrocede a un pasado remoto, sino es la vida en el presente arraigada en el origen. El contemporáneo pone en obra una relación entre los tiempos. Por eso, Bernini, Caravaggio, los libertinos barrocos y Nietzsche, han despedazado las vértebras de su tiempo. En la ruptura, en la visión de la obscuridad está el encuentro entre los tiempos. Y, ¿por qué no, también en pensar en Darwin, como el pensador intempestivo que desde la ciencia, en la búsqueda de la compresión de la existencia del hombre, había sido capaz de vislumbrar la “historia” del tiempo en el tiempo presente?


[1] M. Onfray. Los libertinos barrocos. Anagrama. España, 2006
[2] G. Agamben. Desnudez, “¿qué es lo contemporáneo?”. Argentina, Adriana Hidalgo, 2011.

De danza y otro poco

De danza y otro poco

Inmóvil la danza, inmóvil el movimiento, inmóvil la vida 
Danza inmóvil, fija, estática, así pareciera la inmovilidad en la danza, cuando se congela el tiempo, el movimiento, nada se mueve, fijo, muere.
En lo muerto, en lo fijo, un minúsculo movimiento que vibra, aquí allá, imperceptible,
inmóvil, impensable, donde la fuerza vital de todo cuerpo se conjuga, en donde el cuerpo está más móvil que nunca, en donde cada órgano, cada hueso cada músculo confluyen para ese momento, para esa figura para ese entrecruzamiento de fuerzas vibratorias que dicen estoy vivo. Me pienso, me veo, me siento, me detengo, sigo, La carne, los huesos siguen, se cansan, insisten, se sostienen. Frágil, desigual, desciende, se fortaleza, se queda.
El aire entra el aire sale, el calor aumento, el agua escurre, la mirada pierde, se hace
inmóvil, extrañeza hacia sí mismo, la mirada detrás, encima, debajo por dentro. Inmóvil la vida está, se siente.

Duo Maintnant así aparece cada movimiento, que cada instante de este flujo de
movimientos es inmóvil, estático. Fragmentada, cada una de ellas es fija. En el flujo está lo fijo, en lo fijo está lo vivo, en lo inmóvil, la fuerza.

-Natalie Gama Pourdanay

¿Qué tiene de posmoderno Shen Yun Performing Arts? Nombre: Natalie


¿Qué tiene de posmoderno Shen Yun Performing Arts?



Según Marx, el hombre no se pregunta nada que no sea capaz de responder. Entonces, ¿qué tiene de posmoderno Shen Yun Perfoming Arts? El planteamiento inicia con la premisa de que actualmente el hombre manifiesta, a través de diversos mecanismos, tales como el arte, una actitud que revaloriza al cuerpo. Se habla de revalorización porque durante la construcción de la plataforma epistemológica de la modernidad se concreta un discurso que le otorga supremacía a la razón. Ello implicó dejar de lado al cuerpo, de ahí, el castigo, el auto flagelo y otros dispositivos de minimización. La dicotomía entre cuerpo y razón es un discurso que se convierte en paradigma; será noción que mora en el inconsciente colectivo y que determinará ciertos comportamientos.


El discurso moderno occidental funda sus bases con Platón y Aristóteles, se concreta con Descartes, empieza a corroerse con Nietzsche y con algunos libertinos barrocos, que aunque no hayan tenido el mismo impacto, ahí estaban, en contra del deber-ser. Nietzsche pone tela de juicio el discurso racionalizador que había olvidado al cuerpo con la intención de nivelarlo con la razón. Pensar desde el cuerpo apelaba por un comportamiento que integrara el campo de lo sensible, en un regreso a la tierra, a lo tangible: había que dejar el mundo de la metafísica y retraer a la razón de su pedestal. Inicia el siglo XX y pensadores empiezan a retomar la idea de que la modernidad se había encargado de cerrar el pensamiento, de limitar el comportamiento, y de negar la sensibilidad, las pasiones. Se engendran nuevos saberes en donde lo sensible es complemento innegable del hombre y su comportamiento. Esta inclinación por enfrentarse al deber-ser de la moral no sólo emerge en los círculos de producción de saber, sino también en otros ámbitos. El siglo XX se convierte en un periodo de transgresión a lo establecido, a lo político, económico, religioso, social. Es a partir de la segunda mitad del siglo que se empieza a hablar de posmodernidad, como un término para referir a una plataforma epistemológica conformada por otras características a las de la modernidad, tales como la emergencia de un comportamiento que desde el inconsciente se remonta al origen. No es casualidad que Nietzsche ya hablaba del eterno retorno. Pues, se trata de una actitud que, en pleno siglo XXI, está más palpable que nunca, que revierte la condición racionalizadora de la razón para reivindicar un cuerpo que había sido denegado. Se trata del regreso a un espacio/tiempo dónde todavía el hombre no se concebía como hombre, en donde no existía la dicotomía entre cuerpo y razón. De ahí el retorno al origen, a lo salvaje, al propio hombre en estado de no-cultura.


En las últimas décadas del siglo XX posturas como estas se filtran, desde las elites a las masas. El hombre empieza a comportarse diferente, ya no como individuo, sino en conjunto. Entonces, cuando encuentras, hoy, un grupo de gente extranjera, en un país racionalizado, que rastrea un comportamiento de ciertos grupos sociales de otro país no occidental, que remonta a más de 5000 años y que además retoma la danza; en donde lo sensible toma fuerza para reivindicar al cuerpo en una forma de ser y estar: estamos frente una postura meramente posmoderna, hipermoderna o premoderna. Muestra un retorno, ya no discursivo, sino práctico del propio hombre por reencontrar el origen o a sí mismo. Es el regreso al arkhé de Heidegger, el eterno retorno de Nietzsche, el ser dionisiaco que embriagado es-cuerpo. Esta es la marca de las sociedades contemporáneas.

La pregunta ahora sería: ¿tienes o eres cuerpo?


Natalie Gama Pourdanay

La paradoja del mundo real

La paradoja del mundo real

La paradoja del mundo real
Por: Natalie Gama Pourdanay
(Ciudad de México, 20 de junio de 2013) Cuando hablamos del «mundo real» hacemos referencia a eso que hay del mundo.

La «realidad» hace referencia a la construcción del hombre desde la razón en una idea a la que se le adjudica sentido. Eso tiene implicaciones que se desprenden del «mundo real». Si asumimos el «mundo real» y no la «realidad» como un sistema complejo tendremos que aceptar la integración entre contrarios, absurdos y opuestos, problemática que resulta paradójica. El hombre mismo ha creado estas nociones para referir lo que no tiene cierto orden o sentido para la razón. Olvidamos que el comportamiento del hombre es más instintivo de lo que la razón puede comprender. Por eso, para entender este mundo de hoy, por más que resulte paradójico, habrá que asumir eso que muchas veces no cuaja, eso que hay. Se trata de un cambio de postura intelectual que permita comprender cómo eso de lo local y global en un espacio o contexto es parte de un sistema complejo. La tendencia a simplificar en un concepto o idea impide comprender el entretejido que compone nuestras sociedades y lo que ello incluye. De ahí que la complejidad, el comportamiento de las sociedades contemporáneas y los múltiples elementos que las integran son paradoja. Usar el concepto paradoja desde su significado para hacer referencia a los sucesos de lo cotidiano no genera conocimiento. Asumir el mundo real desde la complejidad es paradójico, de ahí que más allá de escarbar en el uso del término, en el obstáculo que podría surgir de una noción paradójica, como si esta fuera sinónimo de imposible, habrá que asimilar que toda paradoja es parte inclusiva del sistema complejo del mundo. Lo paradójico se contrapone al saber racionalizador de la modernidad que todo lo busca comprender a través de la simplificación y jerarquización. Lo no asimilable, lo confuso, lo irreconciliable se remite, más allá de estar directamente relacionado con el significado de sí mismo, a la incapacidad de comprender lo otro. Aprender a vislumbrar el mundo real desde la paradoja con esta postura, no resulta paradójico sí se asume la posibilidad de interrelacionar lo imposible.

Thursday, November 5, 2015

Damián Ortega | ReDescubriendo artistas contemporáneos



Damián Ortega: artista mexicano que ha incursionado en el marco internacional del arte contemporáneo con exposiciones en espacios como el Centro Pompidou de Paris, Tate Modern de Londres, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y en países como Alemania, Brasil y otros.
¿Qué hace Damián que dice sin decir; intriga, mueve? Es inevitable pensar en él y dejar de lado eso de lo cotidiano que está en el pasar: los coches, las piedras, las armas, la tierra, las herramientas, el pasto, la basura, el metal, las balas, las hachas. Eso de ahí, del mundo real, Damian lo recoge y lo presenta. Pero si no nada más se trata de recoger y recoger para luego llegar al museo o galería, sino se trata de cambiar el discurso de la cosa, adjudicarle otro para llegar al decir. Y en el decir, está el pensar. Se trata de un lenguaje que Damián ha buscado y sabido atribuir al objeto y de ahí, la obra.


El artista inicia su carrera como creador de cómics y caricaturas, en donde construye un esquema del decir a través de la imagen que eventualmente será influencia en su obra. De ahí un vínculo, quizá de convicción, de generar un lenguaje en el objeto que, una vez que se desprende del productor, pertenece al público y lo que ello implica.

El encuentro con una obra de Damián, además de estar vinculado con una carga discursiva, también apela por introducir al espectador en un ambiente en donde se genera una experiencia sensorial que le permite ampliar las formas de aproximación a un objeto-imagen-ambiente de arte.

La obra de Damián navega por la multiplicidad del saber-hacer del arte, en juego, en fusión, pues ya no se trata de discernir, sino de comprender la complejidad del proceso creativo. Habrá que revisar el trabajo del artista a fin de encontrar nodos, puntos de conexión que son parte del engranaje de la producción del arte contemporáneo.







Damián Ortega. Man is the controller of the universe. 2007.





Damián Ortega. Field of Vision. 2008


-Natalie Gama Pourdanay

El vuelo de la Memoria de Teresa Cito

El vuelo de la Memoria de Teresa Cito
Exposición en el Museo de la Cancillería
Museografía: Natalie Gama Pourdanay y Wesley Saiz
Curaduría: Natalie Gama Pourdanay

El vuelo de la Memoria
Desde hace tiempo, el trabajo de Teresa Cito ha estado marcado por la búsqueda de lo femenino, una veta que se presenta como una fuerza  perenne pero sutil. No apela por una postura feminista construida desde las palabras, sino por el arraigo a lo primigenio. La expresión rupestre de su obra hace alusión al origen, a lo que nos recuerda que en el principio somos hombres, a lo que deja huella y que se sensibiliza con la memoria.
Teresa Cito da el brinco al origen y ahí, en esa evocación a las cavernas, encuentra lo femenino, ellas, tenues, bajo el resguardo de su propio ser, son el vientre que engendra vida, son ellas quienes invocan a pensar en la raíz, en la huella de eso que todos somos. La obra presenta lo femenino como latente e intempestivo, que no tiene un principio ni un final. Se desenmascara la mujer que siempre es fémina; sea aquí, allá, entonces o ahora, lo femenino en la gruta devela su estado primero como fuente de creación. Estas mujeres recogen impulso, emergen y toman su lugar como ellas, se presentan como una fuerza que impera, no ataca, se sostiene y abruma.
Estas imágenes son configuraciones que trascienden; es la fuerza permanente que surge del gesto de la artista en cada pincelada. Crea un lenguaje que remite a la matriz de todas las cosas y de ahí a la tierra misma, a partir de la experiencia del sentido innato de lo femenino. Esta muestra devela una actitud inherente de la artista en un lenguaje de calor y sosiego que bajo la seda de lo femenino, siempre está.

-Natalie Gama Pourdanay

Nunik Sauret - Huellas


Huellas de Nunik Sauret
Exposición en el Museo de la Cancillería
Junio - Julio 2014

La obra de Nunik Sauret comprende el desarrollo de una técnica que se ha vuelto particular gracias a la diversidad de elementos: rasgos que van desde lo más íntimo y reflexivo del ser humano. El grabado es el medio de expresión con el que nos asombra. Es la huella que encontramos en cada pieza. Cada una, surge de la implementación de las diferentes formas de impresión que ella reinventa. La dedicación y la minuciosidad son componentes que le han permitido expandir toda posibilidad de creación. Ha fundado un lenguaje del entorno que permea la sensibilidad del hombre y desata su curiosidad. Nunik Sauret domina el simbolismo de las formas y las sensaciones, para depositarlo en la imagen; talla su experiencia. El momento de creación inicia en la conjugación de estos elementos para después, imprimirlos en obras que nos provocan la necesidad de un descubrimiento. Esta colección es una muestra de los diferentes saberes que esta artista ha desarrollado a lo largo de un trabajo de investigación, de prueba y creación que sigue sucediendo.
-Natalie Gama Pourdanay

Wednesday, April 17, 2013

Doris Salcedo y Verónica Lehner


ReDescubriendo artistas contemporáneos 1

Verónica Lehner. Doble desdobles 3. 2002.








Por: Natalie Gama Pourdanay
Dos artistas contemporáneas colombianas: una, reconocida por la crítica y el mundo del arte y la otra, aunque joven, emprendedora, muestran algunas facetas del marco del arte contemporáneo.

6 de Marzo 2013 Ciudad de México.- Hoy la nota está dedicada a dos artistas colombianas que han abierto brecha en las esferas del arte contemporáneo.
Doris Salcedo es una artista reconocida gracias al impacto que ha tenido su obra en exposiciones en museos como el MoMA de Nueva York, el Tate Modern de Londres, el MUAC de la ciudad de México, así como su participación en la 8ª Bienal Internacional de Estambul y más. Ha sido referenciada por su trabajo ligado a un carácter político en relación a sucesos de violencia y muerte que ha rescatado de la historia de Colombia.
A pesar de ello, la artista no busca aludir a la violencia para mostrarla ni para redimirla. La búsqueda, más allá de un carácter político que ponga en evidencia, radica en encontrar puntos de conexión entre el espectador y la obra. Que el objeto-imagen funcione como incentivo de contacto con la memoria. Porque es la memoria aquella que se remite a las cosas del pasado, que se “apilan” una sobre otra y que cuando se trata de terror, de muerte, de violencia se esconden. Es a través del arte que la artista busca re-visitar eso que descansa en el inconsciente, que a veces sucumbe en los sueños y que otras emerge con el arte. Posicionarse ante una obra de Salcedo requiere de ciertos elementos que habrá que agudizar. Ya no se trata sólo de una postura racional, ni tampoco sorpresiva, sino de estar presente y atento al soplo que roza la memoria.
Así como Salcedo, Colombia también ha producido otros artistas jóvenes como Verónica Lehner. De apenas 32 años, ha expuesto en una infinidad de galerías en Alemania que la han llevado a catapultar su trabajo desde Japón, hasta su país natal, a tal punto que enuncia una compresión y producción del saber-hacer del arte contemporáneo.
El cuidado, la frescura, la línea de su trabajo, aunque limpia, puede ser transgresora. No ha dejado que la marca de los artistas actuales entorpezcan su camino en la búsqueda de un decir que está ligado con el hacer. Con el hacer del arte; en la calles, de la gente. Retoma los graffiti, que aunque olvidados, dicen. Interviene, modifica y presenta. Ya no se trata de representar o de aludir a algo de la travesía, sino de retomar para volver a presentar, pero si, transgredido. Estamos a lo mejor en un proceso de posproducción que más allá de retomar aquella materia prima para crear está reutilizada y revisitada. Quizá, esto en conjunto con los lienzos doblados y que pasa una y otra vez por cajas de zapatos llenas de pintura nos haga pensar en la escapatoria de la instrumentación racionalizadora del saber-hacer de la mano y el pincel. Pues el lienzo pierde su carácter fundacional para doblarse, empaparse, arrugarse y luego extenderse. Se doblega. Retoma de lo nuevo, lo revuelve y lo envejece. Regresar y revivir lo cotidiano. La instalación ya no será un objeto amorfo que se presenta en el espacio de un museo o galería, sino una obra que incluye los fragmentos de su composición con otras piezas que se remiten al acontecer, en donde la propia recolección de la materia, que pasa por lo cotidiano, también, se vuelve obra.
Al parecer, esta artista ha comprendido algo que sin duda, sucede hoy en la práctica de las manifestaciones artísticas, y eso es la multiplicidad de las formas del saber-hacer, decir y mostrar. De ahí que, saber fusionar en un que-hacer esta multiplicidad, sin duda, se reconoce.
Artistas contemporáneos que buscan doblegar las líneas de la cotidianidad del arte siempre habrá, se trata de buscarlos, pero también, de abrir condiciones para engendrar un saber que permita ampliar lo que se puede decir y pensar del arte.



Doris Salcedo. Topografía de la guerra.
Bienal Internacional de Estambul, 2003.