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Thursday, April 27, 2017

IN T E R F E R E N C I A | H É C T O R F A L C Ó N


 IN T E R F E R E N C I A 

 H É C T O R  F A L C Ó N 



Héctor Falcón presenta una serie de piezas intervenidas; los libros, los objetos y las pinturas se convierten en instalaciones y esculturas. Son la marca de la evolución del trabajo que ha venido desarrollando a partir de la idea de interferir. Héctor Falcón sigue mostrando una actitud transgresora, pues el artista ha buscado a lo largo de su desarrollo creativo, escaparse de las fronteras del deber-ser y del saber-hacer. No es coincidencia que lo que presenta esta exposición conjugue con la marca emblemática que ha definido su trayectoria: la intención de corroer, interrumpir, interponer, transgredir… 

Desde esta intención, la obra pictórica rompe con el esquema tradicional de la pintura, la presentación que hace de ella, que surge desde esta misma búsqueda, se escapa para posicionarse como una instalación lograda a partir de un juego de yuxtaposición en el que la pauta de realización está controlada. Incluso, los lienzos transgredidos por cortes intencionales se adecuan a la naturalidad gestual con la que son ejecutados. La permisibilidad de pensar al creador como libre, es una expresión más de la interferencia en las estructuras determinadas del saber-hacer. Con esta misma premisa, interfiere objetos, elementos, imágenes identificables en las que no esboza narrativas, sino busca provocarlas; en los libros revierte la posible reutilización convencional de estos como recurso artístico para despojarlos de su finalidad primaria y posibilita la facultad transgresora del saber sobre el saber mismo. 

A través del arte propone el posicionamiento de nuevas nociones que no busquen acaparar el sentido del objeto que interviene, sino que proliferen las posibilidades que tienen ellos mismos. En este sentido, la noción del objeto se convierte en algo maleable, dúctil, heterogéneo, capaz de modificarse. No sedentariza la definición estructural de la capacidad de operación del objeto. El autor no pretende determinar, ni estructurar un saber cerrado, sino construir desde lo dinámico e integrar lo diverso para generar posibilidades de creación y pensamiento. Se convierte en promotor de la crítica, para inspirar discursos posteriores, adicionales, complementarios. Suscita ideas, al tiempo que se escapa del papel del crítico convencional, pues no hay valores axiológicos que despojen las características que conforman las ideas.

Héctor Falcón es un artista sintomático de la sociedad contemporánea en la que hay una necesidad de pensar los sucesos y reflexionar el comportamiento actual, esta sociedad exige una postura abierta en la que las nociones de pensamiento sean flexibles en la que haya la permisibilidad de comprender la multiplicidad de rasgos que la definen. Falcón, el artista, lo posibilita. 

 Natalie Gama Pourdanay


Galería Enrique Guerrero
Abril 27, 2017 

Friday, March 24, 2017

Escena e imaginario -Omar Torres, Fabián Ugalde, Dulce Pinzón, Pablo Boneu, Erika Harrsch, Mauricio Alejo

Escena e imaginario




Esta exposición colectiva busca resaltar el proceso de construcción escenográfica que antecede la toma de la imagen. Más allá de la simple captura de un instante, se explora el trabajo fotográfico que escapa a la continuidad del tiempo. Es entonces que vemos una puesta en escena, una anticipación en la gestación que inicia con la fabricación de escenarios desde los cuales se multiplican las posibilidades de crear historias, pensar, idear y sensibilizar; aunque las escenas ya son en sí mismas una historia, cada una de ellas provoca la creación de muchas otras.


La imagen fotográfica no está sujeta a una lectura lineal, se anticipa, surge en el escenario, en el antes de la captura de la imagen, a partir de la cual el espectador es inducido a reflexionar la escena, la construcción y las diferentes posibilidades narrativas. En el resultado de la imagen construida está la intención explícita del artista que va acorde al discurso que se construye en el proceso.


En estas fotografías convergen las ideas y nociones personales de los artistas, se fabrican a partir del imaginario simbólico antes de procesar la imagen. Se trata de crear una escena que, en una sola imagen, presente lo que el autor busca. Aquí reside su unicidad e irrepetibilidad. La imagen no se encuentra por azar; la búsqueda en la fotografía construida es interna: se confecciona una escena en donde el espectador deberá ser partícipe en la reconstrucción de un imaginario ajeno del que se apropia, para ello hay que detenerse, ver y buscar eso que hay detrás.
Natalie Gama Pourdany


Artistas


Omar Torres, Fabián Ugalde, Dulce Pinzón, Pablo Boneu, Erika Harrsch, Mauricio Alejo




Marzo, 2017
Texto curatorial
Museo de la Cancillería











Friday, March 17, 2017

CONSTELACIONES de Ernesto Ríos

CONSTELACIONES

 Ernesto Ríos

CONSTELACIONES

El examen del hombre y de sus símbolos es, de hecho,
 el examen de la relación del hombre con su propio inconsciente.
John Freeman

El trabajo que Ernesto Ríos presenta en esta exposición consta de pinturas y esculturas con cerillos reciclados. La convergencia entre ellas está dada en la medida en que se entienda como una constelación en el sentido en que reúnen sus intereses e inquietudes en torno a la interacción que existe entre los códigos, los signos y el lenguaje. Su trabajo resalta la capacidad que el ser humano tiene, desde siglos atrás, de generar símbolos que comprende la de representación de sí mismo en relación con el mundo. A través de la asimilación de esquemas simbólicos o de mapas codificados o decoficables, el artista reivindica el sentido primario de razonamiento del ser.

La obra pictórica juega con la percepción visual pero también con la cognitiva; la distancia entre el  espectador y la obra va a determinar lo que se entiende ante lo que se ve. Podría parecer desde un laberinto, hasta un código binario; conforme el espectador se acerca a la pintura se hace posible ver signos, números, palabras o letras que fueron delineados con pinceles milimétricos y que, desde cierta distancia, podrían casi percibirse como una impresión digital.

La obra tridimensional puede asimilar la estructura del ADN de ritmo helicoidal, una edificación arquitectónica, elementos ornamentales o las historias de alguna tribu antigua.

Su producción artística abre distintas posibilidades de lectura, pues sus obras se asemejan a una representación geográfica, trazos geométricos de algún asentamiento urbano, la tarjeta madre de una computadora o incluso mapas de constelaciones, es decir, asimila códigos y esquemas que bien podría el hombre haber utilizado desde hace miles de años hasta las estructuras de cómputo actuales. Ríos hace énfasis en que el sistema de representación del mundo y los códigos, a través de los cuales el hombre ha marcado y desarrollado su paso por la historia, tienen las mismas bases fundacionales. Señala que existen estructuras que, más allá de que de que hayan sido heredadas, son esquemas que moran en el inconsciente, que se siguen compartiendo, que se entienden y que rebasan fronteras como la de los idiomas, pero no las del lenguaje. A pesar de que la imagen de la obra pictórica o escultórica no explica un código, esquema o mapa en específico,  el espectador se acerca en busca de encontrar un significado, a descifrar, pues tiene un rasgo compresible, compartido, arquetípico. El artista presenta una suerte de discurso en la que dice que hay una simbología que ha permeado al hombre en toda su existencia, esta simbología es la relación con su propio inconsciente.



Natalie Gama Pourdanay

Texto curatorial 
Galería Sismo
Marzo 16, 2017







Tuesday, January 3, 2017

Fauve / Dodecahedron - Víctor Rodríguez

Fauve / Dodecahedron
Víctor Rodríguez
¿Es ella o el retrato, la fiera o el color, realismo o hiperrealismo, lo abstracto o el concepto? Para qué buscar encasillar en una definición determinada el trabajo Victor Rodriguez, para qué cerrar el hacer en el discurso cuando se puede partir de lo que no-es. En un primer momento aparece ella como si fuera la protagonista, después se escapa para convertirse en otra cosa a través del juego del dodecaedro. Se muestra un regreso constante a la memoria y al pasado que a su vez, remite al presente. El artista abstrae una parte de la realidad jugando con la repetición que ofrece el dodecaedro. Una repetición tan variable que es precisamente la marca de la diferencia y de lo lúdico. Recurre a la memoria retomando el pasado para recordar lo más tangible, el presente. Es desde el juego de lo cíclico y la circunferencia, del ir y venir en la memoria, que logra la abstracción entre la similitud y diferencia del color. En eso lúdico, ella se escapa del retrato para convertirse en otra cosa. Es abstraer del color, del fauvismo, de la imagen, de la fotografía, del retrato, de la figura, de la realidad, de ella misma y de la propia geometría. Es la abstracción en el sentido primero del término y no del concepto, es recurrir a una parte del todo. Lo geométrico se transgrede a través del color, la persona con el retrato y éste con la conceptualización de la figura. Una sinfonía de partes de lo otro forma una configuración plástica, única, que se hace posible desde la individualidad de la obra, que emerge desde imposibilidad de la perfección y el detalle del saber-hacer de Victor Rodriguez.

Natalie Gama Pourdanay

Texto de sala
Museo de la Cancillería - Abril, 2014




Construcción - Luis Rodrigo




Construcción

Esta exposición conjuga la obra más reciente de Luis Rodrigo, quien además de trabajar pintura ha experimentado en diferentes disciplinas del saber-hacer del arte. Luis Rodrigo es capaz de permear su lenguaje a través de diferentes materiales creando instalaciones o haciendo intervenciones en diferentes espacios. Hoy, el trayecto que ha venido desarrollando su proceso creativo, desemboca en la pintura como un homenaje a una práctica milenaria, en la que enfatiza que ella, todavía es marca de la producción artística contemporánea. 

La atracción de la obra de Luis Rodrigo está caracterizada por ser una expresión gestual que desciende desde la mano, es una conjugación pictórica que se relaciona con el espectador por la capacidad de generar vibraciones. En este sentido, se puede hablar de una relación estética con la obra, que se da gracias a los trazos gestuales que se desbordan y se contraen para “decir”. La repetición de los elementos en cada uno de los lienzos marca la construcción de un lenguaje a través de signos. “Construcción CCCN” nace con la consigna de no jugar con la escritura ni la figuración, con ser un proyecto de piezas numeradas, al menos hasta a cien obras. Cada lienzo es capaz de captar, más allá de una pincelada, un gesto, una expresión que desarrolla una seria de códigos, hasta llegar a un lenguaje capaz de ligarse a los sentidos. Los formatos pequeños y medianos crean un ambiente íntimo, visible, mientras que el gran formato se convierte en un espacio habitable, invita al cuerpo a intervenir, a entrar.

Las líneas, los círculos y las pinceladas se entrometen en el lienzo, cada elemento repercute con la obra misma, como si se fueran a devorar entre sí, en un sentido orgánico. Pareciera que los componentes tuvieran peso, ligereza, dirección y movimiento, pero, ahí, está la pausa, el silencio.

Natalie Gama Pourdanay

Texto curatorial
Exposición
Museo de la Cancillería

Tuesday, March 5, 2013


¿Cómo pensar la revalorización del cuerpo en el arte contemporáneo?

Pensar la revalorización del cuerpo en el arte contemporáneo, implica diversas cuestiones como comprender, que dicha actitud radica en aquello que lleva a la producción y no en el resultado. La búsqueda de un cuerpo que se revaloriza, más allá de estar relacionada con la práctica del que-hacer artístico, tiene primeramente que ver, con un comportamiento palpable en los fenómenos sociales. No se trata de buscar al cuerpo, sino de vislumbrar la postura que muestra que se retoma en el acto de la producción de un objeto-imagen.
Mi trabajo de investigación titulado El cuerpo en Bausch, Orrico y Guo-Qiang desde el discurso posmoderno de Michel Maffesoli, consiste en una reflexión sobre la revalorización del cuerpo a través del arte, a partir del marco teórico de Maffesoli. El autor afirma que actualmente el hombre está manifestándose a partir de otros parámetros, que no son los de la modernidad, de esta premisa propone una serie de herramientas teóricas en un marco abierto para estructurar un saber heterogéneo que sea capaz de pensar las sociedades contemporáneas, en un camino de incertidumbre que está vías de construcción. La actitud del hombre actual en relación al cuerpo, es uno de los elementos de este “nuevo” comportamiento, que difiere a los estatutos establecidos de la llamada modernidad.  
Para entender dicha actitud, es necesario dejar de lado el conocimiento cerrado, homogéneo que la razón racional de la modernidad había instaurado. Se trata de abrir condiciones de reflexión para rastrear, emplazar y crear herramientas teóricas que permitan analizar aquello que se escapa del racionalismo moderno. Es cuestión de asumir que las sociedades actuales están actuando de forma diferente, que las grandes certidumbres y afirmaciones que se había cristalizado, se están caducando porque ya no convencen al cuerpo social de lo que son. Michel Maffesoli, en su texto, Elogio de la razón sensible apunta que actualmente el hombre actúa desde criterios desligados de la razón instrumental, en donde lo sensible toma fuerza para convertirse en la marca de las sociedades contemporáneas. 

La modernidad se caracteriza por la jerarquía y grandeza que se le adjudicó a la Razón, soslayando al cuerpo, cerrando el pensamiento.Pensar desde lo sensible es pensar en la reconciliación de lo pragmático y lo afectivo. La sensibilidad nos remite al cuerpo; es el cuerpo el que, desde lo sensible, podrá posicionarse como un cuerpo, que a partir de lo experiencial se relaciona con el mundo. Un saber que regresa a lo sensible despierta la intuición. La razón deja de ser glorificada para igualarse con el cuerpo. De ahí, la razón sensible término de Maffesoli, como herramienta teórica, útil y necesaria para reflexionar las sociedades actuales, porque goza de la capacidad de abordar la postura del hombre que retoma lo sensible, en donde está incluido el cuerpo. Las apariencias, la experiencia, los afectos, las pasiones, resurgen. Pensar desde la razón sensible es asumir que el saber y el cuerpo están en sinergia.
Abrir condiciones de pensamiento para dar cabida a lo sensible como parte de estructuración del comportamiento, es dar lugar a lo heterogéneo. En la multiplicidad de formas está la multiplicidad de pensarlas. En la heterogeneidad de los fenómenos actuales, se entrevé un resurgir del cuerpo. El arte, por el simple hecho de ser manifestación, se vuelve fértil para la reflexión de dicha actitud, o de otras.
En este sentido, el cuerpo en el arte, ya no tiene que ver con exaltarlo, ponderarlo, utilizarlo, o mostrarlo, sino con aceptar que el posicionamiento del hombre en el mundo, viene con la asimilación de ser-cuerpo y no, tener-cuerpo. Ser-cuerpo implica la fusión entre la razón y lo sensible. No se trata de desligar la razón de lo sensible, se trata de dejar de lado la dicotomía entre estos dos polos que se había perfilado con los griegos, que se concretiza con el humanismo, para la asimilación de la correlación entre ellos. La conducta del hombre que tiene que ver con la revalorización, viene de aquel hombre que se piensa como individuo en términos de Nietzsche, quien insiste en regresar a pensar desde el cuerpo.
El resultado de la búsqueda de un cuerpo que renace en el campo del arte no está en el objeto-imagen, sino en la acción. Porque una vez más, no es el cuerpo de lo que se trata, sino de la implicación de regresar a pensar desde él, de percibirlo en simbiosis y actuar desde ahí. En este sentido, la reflexión en el arte se remite a aquello instintivo que lleva a este hombre artista ejecutar. De ahí, observar lo contemporáneo resulta imperativo, aquello diferente de lo actual como es el desapego de las certidumbres y verdades, es en donde se puede encontrar un cuerpo que emerge. En el desprendimiento está la diferencia. La diferencia entre hacer caso al campo de las pasiones, de lo sensible o bien, de quedarse con la razón instrumental. Una actitud que revaloriza al cuerpo, no se deja condenar por la fuerza de una razón racionalizadora, que enseña, sino deja entrever que el instinto también es pensamiento, que lo sensible es fuerza, y que la experiencia es el elemento de relación con el mundo y no sólo la razón. Lo sensible modifica las prácticas. Es el vitalismo aquel que conlleva a un hombre, que vivo, siente y piensa. Que es-cuerpo.
Se trata de rastrear a aquellos que actúan desde dicha característica, que en el proceso de producción se perciba que la incentiva mora en otra parte, en lo sensible. Esto, no quiere decir que el cuerpo no deba o no pueda aparecer en la primera línea de la expresión del arte, al contrario, la mayoría de las veces sucede, sin embargo, la búsqueda debe iniciar en lo sustratos y no en el objeto-imagen. Así, las posibilidades de encontrar en las manifestaciones artísticas un cuerpo que renace, se multiplican.
Pina Bausch, Tony Orrico y Cai Guo-Qiang son los artistas que seleccioné para mi tesis, en donde a través de un recorrido en busca del cuerpo, encontré que más allá de tratarse de un acto de revelación, se trata de una acción que vislumbra un cuerpo que emerge de la neblina del saber moderno.
Pina Bausch, crea a través del movimiento un lenguaje para expresar aquello oculto del campo de lo sensible. Asimismo, su obra está compuesta por elementos que revitalizan el campo de las sensaciones para que el espectador se relacione con ella y ahí, la experiencia.
Tony Orrico es emblema cuando se trata de pensar en el ser-cuerpo. Porque para la ejecución de su obra, deja de lado toda instrumentación del saber-hacer del arte, se desprende para que el ser-cuerpo sea el ejecutor de un objeto-imagen. La obra de arte no es resultado, sino el proceso por el cual el ser-cuerpo transcurre en una duración de creación. 
Finalmente, la obra de Cai Guo-Qiang es la que me llevó a la conclusión de que en el arte contemporáneo, el cuerpo se revaloriza desde una postura. Porque el artista, por un lado, para el montaje de su obra, incluye a voluntarios que pasan por una experiencia que sirve de vínculo social. Por otro, la obra exige que el espectador despierte lo sensible, que haga caso al campo de las pasiones para relacionarse con ella. Agudiza los sentidos para que el choque con el objeto-imagen sea mediante una experiencia vivida y de ahí, pueda generar pensamiento.
Otro ejemplo podría ser Ai Weiwei, quien presenta en el piso de una galería, millones de semillas de girasol de porcelana hechas a mano.  El proceso se vuelve una experiencia relacional, así como el vínculo entre el espectador y la obra, porque rebasa los límites de la razón para ligarse desde lo sensible.
En este sentido, pensar la revaloración del cuerpo es pensar en una actitud que muestra un rastreo de aquello sensible, que regresa al antes de la construcción del hombre como idea, que regresa a la intuición, al origen, en términos de Maffesoli, a una sabiduría salvaje, porque el hombre ya no piensa al mundo, no lo define, sino se piensa con el mundo para moverse en el mundo.
Esta es un vía que requiere de posicionarse en un marco teórico tal que permita tanto entender que la plataforma epistemológica de la modernidad está estructurada por ciertos lineamientos, como asumir que la actitud del hombre ante su cuerpo se modifica porque las sociedades contemporáneas se están comportando desde otros parámetros. Así, si se emprende la reflexión desde una sabiduría que acepte la interacción de la diversidad, la integración de los contrarios, la apertura a lo heterogéneo, es posible encontrar nuevas y más formas de aproximación al cuerpo. Así, la tarea radica en la apertura de generar nuevos y diferentes saberes desde una postura que asimile lo diferente.



Natalie Gama Pourdanay

Ponencia
Universidad de Saltillo
Noviembre 2012